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Un alimento tradicional como punta de lanza de la innovación

Miriam Molina, gerente de la DOP queso Idiazabal

La relación de Miriam Molina con el mundo del queso Idiazabal no es casual. Comenzó hace ya dieciséis años. Anteriormente realizó sus prácticas de fin de carrera en una pequeña quesería, pasó por el Departamento de Asistencia Técnica del Instituto Lactológico de Lekunberri, su doctorado fue en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y su tesis doctoral versó sobre la seguridad alimentaria aplicada al Idiazabal. Hoy es la gerente de la denominación de origen protegida (DOP) de esta conocida marca y conoce como pocas personas el sector, los problemas a los que se enfrenta y el reto innovador aplicado a su futuro.

Hablar del queso Idiazabal es hacerlo de un sabor milenario que ha trascendido en el tiempo; en parte por tener una DOP que le lleva a estar reconocido por la Unión Europea, cumpliendo todas las condiciones que le marcan desde Bruselas, el MAPAMA y los Gobiernos Autonómicos. Nació en 1987 y es la decana del País Vasco. Se creó para defender el mercado, reservado para el conjunto de los auténticos elaboradores y elaboradoras, y garantizar a los consumidores su origen (País Vasco y Navarra), la calidad y el distintivo de la marca.

"Cada pieza de queso lleva un número en su corteza, con el que podemos seguir la trazabilidad del mismo, quién lo ha hecho, qué día, cuántos ejemplares se hicieron ese día e incluso de dónde procedía la leche", explica Miriam Molina, gerente de la DOP Idiazabal.

Texto: Luis Guijarro. Fotografías: CRDOP Queso Idiazabal.

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Miriam Molina trabaja en uno de los primeros comités de cata de Denominación de Origen acreditados en el Estado

La latxa es una raza ovina propia del País Vasco y Navarra que también se extiende por zonas limítrofes de Cantabria.