A ragón Infoenergía es un proyecto de cooperación que ha asesorado a empresas y ayuntamientos del medio rural hacia un nuevo modelo de uso energético. Esta iniciativa, puesta en marcha en octubre de 2017, ha servido para afrontar la transición energética y los problemas derivados del cambio climático de una forma más eficiente. La función más importante del proyecto ha sido desarrollar una estrategia conjunta, valorando el potencial de cada territorio y teniendo en cuenta los problemas energéticos específicos de cada uno de ellos. Su meta es sensibilizar y provocar un efecto multiplicador para la implementación de energías renovables.
En el proyecto han participado ocho grupos de acción local aragoneses: OMEZYMA Bajo Aragón Matarraña (coordinador del proyecto), Adibama, Adecobel, Adri Teruel, Agujama, Asiader, Adri Jiloca Gallocanta y Asomo. “En los 8 territorios se ha sensibilizado a la población y, a su vez, los ayuntamientos han sido ejemplarizantes con sus actuaciones”, explica Joaquín Lorenzo, gerente de OMEZYMA. “Hemos conseguido un doble objetivo: por un lado, evitar la emisión de gases de efecto invernadero; y, por otro, ahorrar en la factura energética”.
El primer paso fue informar a los 38 ayuntamientos socios de los GAL de la existencia del proyecto y cómo podían beneficiarse de la realización de auditorías energéticas en las instalaciones municipales. Así pudieron ver cómo optimizar sin hacer ninguna inversión, reduciendo potencia, haciendo arreglos técnicos básicos, etc. Después, en una segunda fase, se analizaron las instalaciones en cada uno de los casos para buscar la solución que, mediante implementación de energías renovables y eficiencia energética, mejor se integrara y mayor rentabilidad pudiera ofrecer.
Calaceite ha sido uno de los municipios de Matarraña en los que se han desarrollado o analizado cambios para conseguir ahorro energético en el alumbrado público. (Foto: José Luis Mieza).
Una medida demandada por varias entidades y ayuntamientos ha sido la instalación de equipos de bombeo por energía solar, como este en Fórnoles. (Foto: Aragón Infoenergía)
La sustitución de calderas de gasóleo por otras nuevas de biomasa (procedente de talas, restos de poda, pellets o huesos) ha permitido ahorrar energía y reducir emisiones.
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