“La mayor satisfacción de un ganadero es ver bien a sus animales”, afirma Pilar Fumanal, propietaria, junto con su marido y su hermano, de la granja L'Albeitar, en la localidad oscense de Guaso. En su explotación han conseguido eliminar el extendido y cuestionable uso metafiláctico de antibióticos –el aplicado a todos los animales antes de diagnosticarse una enfermedad–, gracias a la introducción de un tipo de lactobacilo en su alimentación. Por ello, Pilar ha sido la última ganadora en los Premios para Mujeres Rurales del Ministerio de Agricultura, en la categoría “Excelencia a la Innovación en la Actividad Agraria”.
Pilar Fumanal es ganadera y economista; su hermano Antonio, ganadero y agricultor; y su marido Julián, ganadero e ingeniero. Los tres pertenecen a casa L'Albéitar, “la del veterinario”, llamada así porque su tatarabuelo hizo un curso de técnico en veterinaria en Zaragoza. “Todos nuestros antepasados han sido agricultores y ganaderos de montaña”, comienza Pilar; “mi padre tenía vacuno, pero nosotros nos especializamos en porcino”.
Su granja, conformada por tres naves, nuevas y digitalizadas, produce en ciclo cerrado –en el que todo el proceso, desde el nacimiento al cebo, se realiza en la explotación– y alberga 1.700 plazas de porcino large white. Alrededor de 210 animales son cerdas reproductoras que producen al año más de 5.000 cerdos. Cumplir las normas de bioseguridad es fundamental para garantizar la buena salud del ganado, y en este punto Fumanal destaca como una de las claves el vaciado de cada sala durante una semana, tiempo que utilizan para limpiar las instalaciones con agua a presión (ya no usan jabones), ventilar y dejar secar adecuadamente. A estas medidas se añade que nunca introducen cerdas madres de fuera. “En nuestras granjas no entra ningún animal vivo, solo semen”, presume Pilar. […]
Texto: Plumed Lucas / Fotografías: Pilar Fumanal-L'Albéitars