En el corazón del Parque Natural dels Ports, en Tarragona, encontramos un proyecto desarrollado con pasión y excelencia. Su protagonista es Anna Nebot, una acuicultora y divulgadora ambiental cuyo compromiso con la sostenibilidad la llevó a recuperar una antigua piscifactoría tradicional de trucha para transformarla en un nuevo espacio de producción acuícola sostenible, en el que tienen cabida la cría y recuperación de peces y el disfrute del ecoturista que acude a visitarla. Estas cualidades la han hecho merecedora de un máximo galardón en los últimos premios para mujeres rurales del Ministerio de Agricultura.
Anna Nebot se graduó en Zoología en la Universidad de Barcelona y realizó un postgrado en acuicultura. Comenzó su andadura profesional como jefe de acuaristas en el Aquàrium de Barcelona. Luego, cuando llegó la maternidad, cambió bañarse con tiburones por la formación, y terminó en la Red de Referencia en Acuicultura de la Generalitat de Catalunya. Pero “estaba gestionando proyectos y yo lo que quería era meter las manos en el agua y tocar los peces. Soy de bota, no de bata”, afirma.
En 2015 surgió una oportunidad que no podía dejar escapar: recuperar una piscifactoría abandonada en el marco incomparable del Parque Natural dels Ports. Así que se embarcó en el ambicioso proyecto de convertirla en un espacio multidisciplinar donde realizar actividades de recreo, educación, producción e investigación en acuicultura sostenible con especies autóctonas.
Así nació Aiguanatura dels Ports, un proyecto que le obligó a hacer “muchos sacrificios” y a “empezar de cero”. Ese sacrificio se ha visto recompensado con el Premio de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales en la Actividad Acuícola, otorgado por el Ministerio de Agricultura, un "reconocimiento a todos los años de esfuerzo", incluyendo los viajes constantes entre Tarragona y Barcelona para estar con su pareja y sus hijos pequeños.
Texto: Rosa Ruiz /Fotografías: Aiguanatura dels Ports