Tenemos una pequeña granja de porcino en ciclo cerrado, es decir las tres fases productivas (madres, transición y engorde) las hacemos en nuestra granja.

El objetivo: consumir menos de 5 mg/UR de antibióticos, sin menoscabar los resultados productivos. 

Hemos combinado:
1. Unas instalaciones que lo permitían, con naves bien aisladas, buena ventilación, bien cerradas a la entrada de roedorex, etc.
2. Una bioseguridad rigurosa con zonas limpias y sucias, sin entrada ni de animales ni de personas ajenas a la granja.
3. Un pienso compuesto de alta calidad sólo con cereales, elaborado en nuestra pequeña cooperativa.
4. Un manejo en bandas de tres semanas lo que nos permite hacer un vacío sanitario (mantener vacía y cerrada cada sala tras su limpieza) durante una semana.

Con todo ello nos lanzamos a eliminar la medicación en piensos y agua, el óxido de zinc en piensos. También eliminamos desinfectantes y detergentes (que sustituimos por el vacío sanitario). Vacunas y también raticidas e insecticidas (gracias a las buenas instalaciones). Y antiparasitarios (al no entrar animales).
Todos los parámetros productivos mejoraron excepto las bajas en transición y cebo. Así que desarrollamos un proyecto con el equipo de investigación del catedrático Juan Miguel Rodríguez de la facultad de Veterinaria la Universidad Complutense de Madrid para ensayar el efecto que la administración de un ligilactobacilus salivarios obtenido de leche de cerda hacía frente a los patógenos que provocaban esas muertes. Podemos calificarlo como gran éxito.
En el último año (3º trimestre 2022 a 2º trimestre 2023) el Indicador de referencia de la clasificación zootécnica a nivel nacional (último IR publicado en el BOE) indicaba un consumo de antibióticos de 60 mg/UR y nuestro consumo fue de 0,90 mg/UR, así que estamos muy satisfechos.

Dirección:
Ribera, 2
22349 Ainsa-Sobrarbe
Guaso (Huesca)