La demanda creciente de agua para procesos agrícolas en zonas áridas y semiáridas, ha encontrado en la desalación una solución que permite acceder a caudales procedentes de agua marina o de pozos salinos. La desalación produce un rechazo que debe ser eliminado o diluido de la forma mas sostenible posible para evitar afecciones negativas sobre el medio ambiente. Los rechazos de desaladoras concentran sales, nitratos, sulfatos, etc. que pueden generar graves problemas en los medios acuáticos donde se vierten. El objetivo del proyecto es aprovechar esos rechazos y conseguir un residuo “0”