08 de Febrero de 2021
08/02/2021. Orea es una localidad montañosa de Guadalajara que colinda con Teruel, situada en la comarca del Alto Tajo, al pie de la sierra del Tremedal, entre la sierra de Albarracín y la serranía de Cuenca. Su censo actual es de 181 habitantes, aunque en períodos de vacaciones este número llega a cuadriplicarse.
- Marta Corella, alcaldesa de Orea (Guadalajara), publica el libro “De mujeres, vivencias y sabores”
Su alcaldesa, Marta Corella, acaba de publicar un libro titulado “De mujeres, vivencias y sabores”, una obra que parece ser un recetario de cocina, pero que va mucho más allá, pues alrededor de cada receta de cocina recoge las historias de sus ancestros, el legado de las mujeres en los pueblos y, en definitiva, rescata la memoria rural.
Red Rural Nacional: “Cada comida es una historia, cada historia tiene su comida, y cada una de ellas está llena de vidas trenzadas alrededor de un fuego”. Marta, ¿por qué el libro es mucho más que un recetario de cocina?
Marta Corella: El libro comienza en el siglo pasado, a principios del siglo XX y trascurre entre distintos hitos destacados de la historia de nuestro país y acontecimientos que van articulando las vidas de los distintos personajes del libro. Y, sobre todo, hitos que van respondiendo a las preguntas de ¿qué hemos hecho para llegar hasta aquí? Y ¿qué ha pasado para que lleguemos adonde estamos? ¿Por qué no se valoran los saberes tradicionales? ¿Por qué la juventud se marcha de los pueblos? ¿Por qué es tan difícil vivir en un pueblo?
El libro es más que un recetario de cocina por esto, porque cuenta 23 historias que ponen el acento en los vínculos entre los habitantes rurales, en las normas no escritas que sustentaban la convivencia y el desarrollo de las áreas rurales. Unas normas y una convivencia en los que la mujer siempre ha sido el pilar fundamental que cuidaba a los animales y a miembros de la familia.
RRN: ¿Tiene, pues, una respuesta a la pregunta de qué se ha hecho para que se haya abandonado la cultura rural de los pueblos hasta ahora?
MC: Se ha dado un proceso de invisibilidad interesado. Se dejó de invertir en los pueblos. Y esa falta de inversión es la que nos ha traído hasta aquí. Esa denostación de la vida rural es la que hizo que nuestros padres se esforzaran en darnos titulaciones universitarias para mandarnos a la ciudad. La misma gente de los pueblos creyó que en ellos ya no había futuro.
RRN: ¿Puede revertir la pandemia este proceso de desconfianza en la vida rural?
MC: La pandemia pone blanco sobre negro que nuestro sistema está obsoleto. Hay que cambiar el paradigma. Sobre todo, la de nuestra relación con el planeta. El capitalismo ha mejorado nuestras condiciones de vida, pero ha dejado atrás los valores éticos y morales. ¿Qué no se puede comprar? El aire que respiras. Y eso está en la naturaleza. Con la pandemia la gente sí ve los pueblos como lugares más seguros para vivir. Y es que realmente los son. Y dado que las nuevas tecnologías permiten, por ejemplo, llevar con un dron un paquete a cualquier parte… el cambio de paradigma está a punto de darse. Las grandes capitales ya se están fijando en las áreas deshabitadas.
Para ejemplificar lo que digo, en Orea existen 3 estudiantes que cursan sus estudios en una universidad norteamericana. Estoy convencida de que los pueblos son los sitios donde nuestros nietos querrán que vivan los suyos.
RRN: ¿Cree que mientras haya pueblos y habitantes en los pueblos, hay memoria?
MC: Para mantener la memoria hace falta más. Hay que vincular los centros educativos (colegios, institutos y universidades) con los saberes tradicionales. Es necesaria una gestión integral del territorio: poblacional, energética, plantas medicinales y aromáticas… un todo. Asimismo, los estudios han de contar con el territorio, no pueden estar fuera de él.
RRN: Su trabajo como alcaldesa, ¿es fuente de inspiración para escribir?
MC: Mis 6 años de alcaldesa sí me inspiran y sirven para escribir. Me motiva afrontar todos los problemas de gestión que me encuentro para plasmarlos en la escritura. Gobernar una localidad de unos 200 habitantes a 1.500 metros de altitud en la montaña con poco presupuesto y muchas limitaciones… ¡es un reto apasionante!
RRN: Ni España vacía, ni vaciada: “España donante”. Explíquenos este concepto que usted ha acuñado
MC: No es la España vacía, porque vivimos aún en ella. Vaciada tampoco, porque ese es un proceso que aún no se ha dado. No ha concluido en sí, y a lo mejor nunca ocurre. Nuestra España es donante porque produce y genera alimentos y productos de calidad. Es donante de sostenibilidad medioambiental y donante de talentos que se han mandado a trabajar a la ciudad.
RRN: ¿Y qué medidas propone para revertir el proceso de despoblación rural?
MC: La piedra angular está en las medidas de despoblación. Hay que revisarlas y readaptarlas: deslocalizar centros aniversarios y educativos, así como las administraciones públicas. Los funcionarios deberían poder trabajar en los pueblos y verlo como un prestigio, no al contrario.