Los excrementos avícolas se convierten en objeto de estudio para posibles fuentes de energía


Avienergy

17 de Marzo de 2022
Innovación


  • El Grupo Operativo Avienergy pretende extraer de las deyecciones del sector avícola energía y fertilizantes para el suelo
  • Los excrementos de pollos, gallinas y pavos representan unos de los residuos más abundantes y problemáticos del sector avícola
  • La solución propuesta aspira a reducir los gases de efecto invernadero a la vez que mejorar la competitividad del sector

“De residuo a recurso”. Este es el lema principal del Grupo Operativo (GO) Avienergy, el cual se ha constituido como proyecto de economía circular en el sector avícola para aprovechar energéticamente las deyecciones o excrementos de las aves, ya sean pollinazas, gallinazas o pavinazas.

La pollinaza es el excremento de las aves de engorde, la cual siempre se presenta mezclada con el material que se utiliza como cama para los pollos (aserrín de madera, cascarilla de arroz maíz, etc.). Otro excremento avícola es la gallinaza, que son las deyecciones de gallinas de postura, mientras que las pavinazas son los excrementos del pavo.

La investigación del GO se centra en obtener de las deyecciones generadas en las explotaciones avícolas, orientadas a producción de carne y huevos, un doble producto:

  • Fuentes de energía renovable.
  • Fertilizantes y componentes para el aprovechamiento de nutrientes en el suelo.

Y es que, dentro del sector agrario, los excrementos avícolas resultan ser uno de los residuos más problemáticos. A pesar de que la forma más común de deshacerse de ellos es utilizarlos como abono natural, las normativas sobre gestión de las deyecciones son cada vez más restrictivas y complican esta práctica, sobre todo, en zonas con alta carga ganadera.

Así, en España existe una legislación que establece la cantidad de nitrógeno por hectárea máxima que pueden ser empleadas en el suelo agrícola. Esto implica que, en zonas de alta carga ganadera, los avicultores se vean obligados a almacenar el estiércol y gestionarlo de un modo externo, lo que conlleva elevadas emisiones indirectas y un coste adicional.

Soluciones

La solución propuesta pasa por la combustión de los excrementos: quemarlos a través de un proceso termoquímico adaptado a estas deyecciones que permitirá la obtención de energía térmica que podría ser empleada para satisfacer la demanda energética las propias explotaciones.Este aprovechamiento térmico permitiría disminuir la dependencia energética de la explotación”, asegura Christian Di Stasi, investigador sénior del área de Bioenergía de Energylab.

¿Cómo se lleva a cabo ese proceso? “Las deyecciones avícolas, así como la mayoría de las biomasas, pueden ser quemadas para obtener energía térmica. Como se quemaría un pellet de madera, sería posible quemar un pellet de pollinaza», afirma Di Stasi.

Aunque a simple vista parece fácil, la combustión de excrementos es más complicada: las deyecciones contienen una elevada carga de humedad, lo que reduce la cantidad total de energía aprovechable. Por eso la investigación también se centrará en estudiar diferentes técnicas de secado, a ser posible de bajo coste, para producir deyecciones secas que puedan ser empleadas como combustión para la obtención de energía térmica y eléctrica de una forma más eficiente. Además de eso, también se prevé la implantación de sistemas de limpieza de los gases de escape, con el fin de lograr que todo el sistema que se va a implantar sea respetuoso y amigable con el medio ambiente.

Innovación rural

La Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA) es la representante del Grupo Operativo Energylab, el cual está cofinanciado en un 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020.