La primera experiencia agrícola que tiene la mayor parte de los escolares consiste en poner una alubia o un garbanzo en un algodón húmedo y verlo germinar. El niño aprende que las plantas y árboles que le rodean fueron primero semilla; también que las hojas siempre van para arriba y las raíces para abajo. Pero a la hora de entender conceptos más complejos del medio ambiente –como el conocimiento teórico de la vida de las plantas, la interacción de los ecosistemas y el desarrollo de comportamientos respetuosos con el entorno–, una única legumbre puede quedarse corta. Y quizás sembrar y mantener un huerto pueda ayudar.
Ante la perspectiva de que en la actualidad el 80 por ciento de la población vive sobre suelos urbanos, parece necesario hacer hincapié en el vínculo entre el conocimiento y cuidado del medio y la producción de alimentos. De la relación que la sociedad tenga con el primero depende la sostenibilidad del segundo.
De todo esto surge el presente manual, que pretende servir de guía a los educadores de secundaria obligatoria. El objetivo es que aprovechen un proyecto de plantación para que sus alumnos observen y experimenten contenidos curriculares, vinculados al conocimiento del medio natural y a la producción de alimentos, entre otros. Para ello, ofrece conocimientos básicos de las plantaciones, y herramientas y actividades para transformar un huerto en un proyecto educativo.
Edita: Junta de Castilla y León. Consejería de Fomento y Medio Ambiente
Tras la Guerra Civil, el Ministerio de Agricultura, a través del Departamento de Cinematografía del Servicio de Extensión Agraria (SEA), filmó documentales cinematográficos de contenido agrario para ayudar en la formación de las escuelas de capacitación agraria. Cada cinta duraba alrededor de unos 10 minutos y todas ellas tenían un tono práctico y divulgativo (“Ordeña bien”, “Ayudaos los unos a los otros”, “Elija su semila”…) en temáticas como la agricultura, la pesca, la sociedad rural y el medio ambiente, entre otras. Los que se ofrecen en esta recopilación, fueron dirigidos por el responsable del Departamento, José Neches Nicolás (1911- 1994), y complementan una colección de cintas previa, filmadas por el Marqués de Villa Alcázar, jefe del SEA (reseña en el número 31 de Desarrollo Rural y Sostenible).
Desde su creación, en 1995, el SEA hizo una apuesta decidida por el cinematógrafo, como recurso de enseñanza y medio propagandístico, y llegó a producir 109 documentales. Todos ellos reflejan la agricultura y el mundo rural de una época pasada y la intención de afrontar el reto de modernizarlos.
Esta nueva publicación es la versión digitalizada y restaurada de 42 de ellos y una biofilmografía, que ayuda a entender el marco en el que Neches realizó las filmaciones. De esta manera, el MAPAMA, con la colaboración de la Filmoteca Española y de distintas comunidades autónomas, da a conocer el patrimonio documental cinematográfico que produjo y facilita su reutilización.
Edita: MAPAMA
Laponia y la Serranía Celtibérica (unos 63.000 km2 entre Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, la Comunidad Valenciana y La Rioja) tienen una cosa en común: son los dos únicos territorios de la Unión Europea con densidades de población por debajo de los ocho habitantes por km2. Este libro da voz a medio centenar de los pobladores que han quedado en esta zona, como si fueran fósiles vivos de 1.355 pueblos que están al borde de la extinción. De ahí el título.
Silencio, vacío y lejanía respecto a todo lo que a la mayoría de los españoles les es familiar. Ese es el hilo conductor de un viaje de 2.500 kilómetros que inspiró al autor y que comenzó en Motos (provincia de Guadalajara), como el relato: “Vine a Motos porque me dijeron que acá vivía un solo habitante, un tal Matías López. Vine a buscar la zona cero de la despoblación, el punto justo donde el tumor de la soledad se transmuta en metástasis extrema de la desolación. Vine un domingo a mediodía buscando a un pastor soltero llamado Matías. Pero no hallé más que silencio y soledad. No encontré otra cosa que un no-lugar en un no-tiempo, una en¬crucijada geográfica y mental alejada de toda coordenada conocida”.
Pensamientos de unos supervivientes a la despoblación que destilan nostalgia y compromiso con el lugar donde han vivido siempre; algunos resisten como protesta al capitalismo predominante, otros por conformismo. Cada uno de ellos es una rara avis en un mundo cada vez más poblado, pero que ha elegido mayoritariamente ciudades superpobladas como lugar de residencia.
Edita: Pepitas de Calabaza