Museos Vivos es una iniciativa que aúna tradición y nuevas tecnologías en el entorno rural. Hace algo más de un año, siete grupos de acción local de Castilla y León decidieron unir sus fuerzas para dar respuesta a un problema común: la falta de medios para mantener abiertos y en funcionamiento los museos de sus territorios, principal herramienta para poner en valor su patrimonio cultural y natural. Hoy forman parte de la red 17 museos de Valladolid, Burgos y Segovia y en 2020 se abrirá a otros que deseen participar.
Desde que arrancaron su andadura, allá por los años noventa, los grupos de acción local (GAL) siempre han tenido claro su objetivo: divulgar su patrimonio cultural y etnográfico y mostrar la riqueza paisajística y medioambiental de sus regiones. Cada territorio tiene su propia historia, tradiciones y espacios naturales. Todo ello puede emplearse como herramienta de desarrollo. Para tal fin contaban, entre otras cosas, con los centros de interpretación de la naturaleza y los museos.
Aunque impulsar sus territorios nunca ha sido una tarea exenta de dificultades, la llegada de la crisis y el recorte de los fondos públicos perjudicaron a estos pequeños centros del conocimiento popular y natural. Muchos tuvieron que cerrar. No podían permitirse tener a una persona encargada de atender al visitante.
Esto no era un problema aislado, y de eso se dieron cuenta en Castilla y León. Allí, en 2018 varios grupos de acción local de Valladolid, Burgos y Segovia, que se encontraban en una situación parecida, crearon Museos Vivos, un proyecto de cooperación innovador que ha sabido aprovechar las circunstancias y adaptarse a los nuevos tiempos.