Sumario

En Primera Persona

Mireia Torres

Directora del Área de Innovación y Conocimiento de Familia Torres

“El futuro del sector del vino está en la colaboración”

La vid y la tierra, esencia de verdad. Hay algo de fundamentalista en todo enamorado que no entiende cómo el resto no ve lo evidente, que no se le llenen los ojos con los valores de su amada, con sus circunstancias y necesidades, que no respire por ella con la misma intensidad. Algo así le pasa a Mireia Torres cuando habla de la tierra, de la vid y del vino, la trilogía que forma un solo ser al que es imposible no querer por lo mucho que da. Esta es la historia de un amor correspondido, la de la Familia Torres, que dura ya cinco generaciones y que quiere que dure muchas más, aunando tradición e innovación.

¿Nacer en una familia con esta tradición vitivinícola condiciona profesionalmente?

Es verdad que has vivido como algo muy normal todo lo que está relacionado con la cultura del vino. Sin embargo, yo no decidí dedicarme profesionalmente al mundo del vino hasta que tuve 22 años; entonces empecé a profundizar y a apasionarme cada día más por él.

"El progreso del sector vitivinícola pasa por la investigación y las nuevas tecnologías, la adaptación al cambio climático, la reducción del consumo de agua y la recuperación de variedades".

¿El progreso del sector vitivinícola pasa por la investigación y las nuevas tecnologías, la adaptación al cambio climático y la reducción del consumo de agua?

Y también por las variedades, que están muy ligadas al cambio climático. En España hay una riqueza de variedades increíble, aproximadamente 128 reconocidas por el Ministerio. Sin embargo, el 70 % de la superficie vitivinícola está ocupada por unas diez variedades. Algunas ocupan una superficie muy minoritaria porque se descartaron hace muchos años. Pero, las circunstancias, los criterios y necesidades han cambiado, lo que podría hacer que se recuperasen muchas de esas variedades. Este es un trabajo que ya están haciendo en muchas denominaciones de origen.

También la familia Torres empezó hace años a recuperar algunas variedades.

Así es, aunque el criterio que utilizó entonces mi padre no estaba relacionado con el cambio climático, sino más bien por razones cualitativas y de patrimonio cultural. A partir del año 2000 empezamos a introducir también el parámetro de que fuesen resistentes al cambio climático. Para nosotros es importante que tengan una maduración tardía, que tengan buena acidez y aporten un gran frescor.

"Buscamos optimizar la aplicación de productos fitosanitarios mediante mapas de vigor que se hacen con drones o satélites. Geolocalizamos cada una de las plantas y decidimos la dosificación adecuada".

¿En qué afecta la sostenibilidad a la gestión de sus viñas?

En Familia Torres estamos trabajando con sensores que nos permiten conocer el estrés hídrico de la planta. Nuestra idea es comprender todo lo que sucede en cada planta y poder decidir cuál es el mejor momento para la dosificación de agua y qué cantidad. Nuestra intención es poner este conocimiento a disposición de todo el sector en colaboración con las empresas con las que trabajamos.

Pero también trabajan en otros aspectos de sostenibilidad.

Así es. Por ejemplo, investigamos cómo fomentar la biodiversidad del suelo, incluso para identificar las levaduras de cada viñedo, aislarlas y escoger aquellas que dan el mejor perfil aromático para los vinos. Con Gophytovid, el grupo operativo para la mejora de tratamientos fitosanitarios con nuevas tecnologías, buscamos optimizar la aplicación de productos fitosanitarios mediante mapas de vigor que se hacen con drones o satélites. Geolocalizamos cada una de las plantas y decidimos la dosificación adecuada. Podemos ahorrar hasta un 30 % en el uso de productos fitosanitarios. Los resultados se difundirán a todos los viticultores a través de la Plataforma Tecnológica del Vino.

Texto: Ismael Muñoz / Fotografías: Familia Torres.

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