El objetivo es ofrecer alternativas al consumo de edulcorantes convencionales como el azucar de caña y de remolacha, utilizando los productos que se obtienen de la actividad apícola (miel, jalea real y propóleo), ofreciendo diferentes diseños de la forma final de conservación de los productos obtenidos. Esto supone una mejora de la competitividad de los productores primarios, integrándolos mejor en la cadena agroalimentaria a través de sistemas de calidad y valor añadido de sus productos agrícolas.
Seleccionar especies y variedades infrautilizadas de la Región Mediterránea (granado, morera, higuera,…) y cultivos promisorios (quinoa, amaranto, cañiwa, moringa, jojoba y argán) con potencial de adaptación al cambio climático y con buenas cualidades organolépticas y nutricionales. Obtener nuevos productos en la industria alimentaria (productos panadería, café, infusiones, zumos, queso) y de cosméticos (jabón, cremas, geles), a partir de los cultivos seleccionados.