
01 de Abril de 2025
La mezcla de variedades de garbanzo permite aumentar su resistencia ante condiciones climatológicas adversas
- La mezcla de variedades de garbanzo permite aumentar su resistencia ante condiciones climatológicas adversas
- Se ha aumentado la superficie cultivada de la región de 800 hectáreas a 1200 en tan solo 1 año
La Comunidad de Madrid está revolucionando el cultivo del garbanzo a través de innovadoras iniciativas lideradas por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). Este proyecto busca no solo mejorar las características del garbanzo y sus beneficios para el suelo sino también fomentar su consumo en la cocina local.
A lo largo de los años, el IMIDRA ha trabajado para ofrecer soluciones agrícolas más sostenibles y rentables. En el Congreso Internacional de Gastronomía Madrid Fusión, se presentó un avance clave en la investigación sobre las mezclas de variedades de garbanzo.
Principales acciones del IMIDRA
Tradicionalmente, las variedades de garbanzo cultivadas en la región madrileña han sido: Amelia, Amparo, Elvira, Alcazaba, Eulalia, Inmaculada, Pilar, Lola y Carmen. A partir de ellas, el IMIDRA basa su labor de investigación en los siguientes factores:
- Experimentación con mezclas de garbanzos para optimizar el rendimiento y mejorar la salud del suelo, permitiendo la adaptación de esta legumbre a las variaciones climáticas de cada temporada y el aprovechamiento de los recursos hídricos.
- Recuperación de variedades tradicionales como la almorta, la alholva y la algarroba, que habían desaparecido del cultivo local durante más de 50 años.
- Introducción de nuevas variedades como el garbanzo negro y el marrón -cedidos por el Centro de Recursos Fitogenéticos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas- que poseen mayor contenido en minerales y compuestos bioactivos, así como mayor resistencia a enfermedades y condiciones adversas.
Beneficios
El cultivo de garbanzos y el uso de estas técnicas ha generado beneficios agronómicos y medioambientales:
- Mejora de la estructura del suelo y la promoción de la biodiversidad debido a la capacidad de esta leguminosa de fijar nitrógeno, facilitando una agricultura más sostenible.
- La diversidad de mezclas permite perfiles nutricionales y organolépticos únicos que pueden variar de un año a otro, aportando versatilidad al producto final.
- Optimización de recursos y mejora de la rentabilidad en condiciones de bajos insumos gracias a técnicas innovadoras como la rotación de cultivos.
La implementación de estos métodos ha permitido aumentar la superficie cultivada en la Comunidad de Madrid de 800 hectáreas en 2023 a 1.200 en 2024.
Impacto gastronómico
El garbanzo también posee un enorme potencial para ser aprovechado en la gastronomía moderna. Es por ello que el Centro de Innovación Gastronómica (CIG) ha podido desarrollar más de 90 aplicaciones culinarias con garbanzo, desde salsas hasta alternativas lácteas, y se han obtenido productos de alto valor añadido como el garbanzo madrileño crujiente, registrado como patente en 2021.
Las nuevas técnicas y la recuperación de variedades tradicionales no solo mejoran la sostenibilidad y productividad en el campo, sino que también abren nuevas oportunidades para desarrollar productos alimentarios innovadores. Este enfoque integrado refuerza el compromiso de la región con un modelo de producción que beneficia tanto al medio ambiente como a la economía local, conectando el saber científico con la creatividad culinaria.