Con el arranque de este siglo nació, en Teruel, el grupo de acción local Oficina de Fomento y Desarrollo de las Cuencas Mineras (Ofycumi), para promover el desarrollo económico de la zona de forma integral, armónica y sostenible. Ahora hemos puesto en marcha el proyecto Patrimonio minero y arqueología industrial. Ayer, hoy y mañana de una tradición, dirigido a todos los grupos de acción local de España con tradición minera o industrial que quieran implicarse, para obtener un beneficio para todos: intercambio de experiencias, positivas o negativas, y buenas prácticas e impulso de proyectos comunes para preservar y poner en valor el patrimonio arqueológico industrial.
La falta de perspectiva histórica puede llevarnos a pensar, erróneamente, que el patrimonio industrial español es eminentemente urbano. Hagamos un ejercicio de memoria y viajemos a nuestros pueblos para enumerar todo aquello que podría entrar en esa denominación. Raro es que en una comarca no haya una fábrica de fideos, chocolate, paños, papel, tapices, azúcar, sal, cerámica, hielo o armas, o un polvorín, una instalación harinera, minera o siderúrgica; o una central eléctrica, una estación de ferrocarril y sus tinglados, alcoholera, matadero, cantera, salina, serrería… Muchas tendrán más de una de estas o similares instalaciones, porque la lista no es exhaustiva, que pueden ser una herramienta de desarrollo innovadora. Resulta sencillo localizar un tesoro en recursos que habían pasado hasta ahora inadvertidos y que pueden incluso estar protegidos por la legislación vigente, como ocurre con las chimeneas, vigías solitarias que testifican el pasado.
Patrimonio industrial rural en Teruel: la antigua central térmica de Aliaga
Las Parras de Martín, en el municipio de Utrillas.
Despegue de un parapente en la sierra San Just de Escucha.
