Su éxito en el programa de TVE Saber y Ganar (98 programas) le ha convertido en el hombre más famoso de la provincia de Salamanca. José Pinto, “el ganadero sabio”, hace añicos los tópicos de la España rural, esa que aún pintan algunos como atrasada o inculta, o la que otros, más románticos, y puede que necesitados de raíces con las que identificarse, la pintan como un idílico paisaje natural, sinónimo de vida sin estrés, en el que casi todo viene dado. Nada más lejos de la realidad en ambos casos.
¿Tú qué haces aquí si podrías estar donde quisieras?
Precisamente eso es lo que hago, vivir donde quiero (en su pueblo).
¿Qué aporta, desde el punto de vista personal, vivir en un pueblo?
Me aporta felicidad. Es curioso que, en ocasiones, las propias personas que viven en el mundo rural tienen interiorizado que vivir en un pueblo no es sinónimo de éxito. Me preguntan: “¿tú qué haces aquí si podrías estar donde quisieras?”. Precisamente eso es lo que hago, vivir donde quiero.
Quizás es porque sientan que vivir en un pueblo resta oportunidades.
A través del teletrabajo, con unas buenas conexiones a internet, estoy seguro de que muchas personas que ven el mundo rural como un mundo idílico podrían vivir aquí, trabajar desde casa y disfrutar de ese paraíso.
¿Por qué no quieren quedarse los jóvenes en el campo?
Porque están viendo trabajar muy duramente a sus padres en un negocio en el que no tienes capacidad de influir ni en los ingresos ni en los gastos, dependes siempre de eso que se llama el mercado y que está en manos de grandes compañías. Yo no sé el año que viene cuánto me va a costar el pienso; ni cuántos terneros van a tener mis vacas; ni si conseguiré destetarlos a todos o no. El negocio del campo depende de tantos factores que no lo hacen atractivo como negocio.
Y ¿qué se necesitaría para tener esa renovación generacional?
Pues que la PAC llegase realmente al territorio, a los agricultores y ganaderos que viven, trabajan y crean puestos de trabajo en el campo. Mientras que el mayor perceptor de la PAC sea una empresa de transformación no estamos ayudando a que los pueblos tengan una población estable y con una vida digna. Mientras el dinero se lo lleven señores que no viven en el campo, que algunos no crean ni puestos de trabajo, que les da igual lo que produzca el campo porque lo único que les interesa es percibir la subvención, no estamos haciendo las cosas bien.