El medio rural sufre por partida doble el efecto de los incendios forestales. Por un lado arden sus medios de subsistencia: explotaciones forestales, ganaderas y agrícolas; y por otro, está en la raíz de las causas, ya que más de la mitad de los siniestros se originan de forma intencionada o negligente por prácticas agropecuarias. Aunque la evolución de los incendios en España durante el último decenio ha sido positiva, hay dos factores que exigen seguir trabajando para ser más eficaces: la despoblación rural y el cambio climático.
La agenda de trabajo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a favor del sector forestal, abordada en el reportaje precedente, explica cómo afrontar la lucha contra los incendios forestales en un escenario donde la despoblación rural y el cambio climático importan cada vez más, debido principalmente a la proliferación de estructuras de masa ligadas al abandono de terrenos rurales, las cargas cada vez mayores de combustible en las zonas de interfaz urbano-forestal y los cambios en el régimen climático. Todo ello obliga a incidir en la gestión forestal y silvopastoral sostenibles y en medidas específicas preventivas de incendios para mitigar los efectos del cambio climático y luchar contra la despoblación del medio rural.