El Programa de Desarrollo Rural de Galicia para el período 2014-2020 está dotado con 1.186,4 millones de euros de gasto público total. La segunda partida con mayor presupuesto (una cuarta parte del total) se destina al desarrollo de las zonas forestales y mejora de la viabilidad de los bosques. La principal inversión (27 por ciento) es en activos físicos, y también son importantes las partidas para indemnizaciones compensatorias en zonas de montaña y otras con limitaciones naturales (nueve por ciento), el desarrollo de explotaciones y empresas (nueve por ciento) y el desarrollo LEADER (siete por ciento).
El segundo objetivo se centra en conservar y revalorizar el patrimonio natural de Galicia, en promover la gestión sostenible de los recursos naturales y en la lucha contra el cambio climático.
El sector forestal es un elemento clave en la economía de Galicia. La gestión forestal sostenible y el papel multifuncional de los bosques se constituyen en el eje de las actuaciones, como base de generación de productos y servicios de mayor valor añadido. Para mejorar Ia capacidad de resiliencia de los bosques y mantener íntegramente sus funciones económicas, sociales y ambientales, incrementando su valor, se han planteado una serie de inversiones.
Entre ellas están el incremento de la superficie arbolada en aprovechamiento bajo instrumentos de ordenación o gestión forestal (o equivalentes) y el establecimiento y mantenimiento de sistemas agroforestales, con especial incidencia en la implantación de soutos de castaño en montes para la producción de fruto y otros productos forestales.
Otras operaciones agroambientales inciden específicamente en el ámbito de la ganadería: medidas de extensificación de vacuno de leche y de carne, de sostenibilidad en la apicultura y de conservación de razas autóctonas en peligro de extinción. A ello hay que añadir el fomento de la producción de agricultura ecológica y el mantenimiento de la población en zonas de montaña y otras con limitaciones naturales.
El tercero de los objetivos se centra en mejorar la calidad de vida de la población rural fomentando la prestación de servicios básicos que ayuden a fijarla en el territorio, crear empleo y reducir el riesgo de pobreza. Se busca la creación de nuevos empleos y oportunidades empresariales fomentando la diversificación de actividades no agrícolas y haciendo más atractivas estas zonas mediante el refuerzo de servicios básicos y de infraestructuras colectivas de pequeña escala, complementado todo ello con el apoyo a los grupos de acción local (LEADER) y sus estrategias de desarrollo local.
Como soporte esencial de los tres objetivos y sus líneas básicas de actuación, la formación continua y el asesoramiento se constituyen en piezas clave para el desarrollo y la mejora de la competitividad del sector agroalimentario y forestal.