Agua, energía y alimentos son elementos geoestratégicos para cualquier sociedad, y los tres van de la mano cuando hablamos de agricultura de regadío. Obtener, gestionar y utilizar un bien escaso, como el agua, para producir alimentos no es barato y, en algunas partes de España, tampoco fácil. De ahí que distintos grupos operativos y proyectos innovadores de regadíos trabajen en su optimización mediante tecnologías que permitan realizar agricultura de precisión, con mejoras energéticas en extracción y riego, y en diseñar nuevos canales de participación social para su gestión. Todo para lograr un uso eficiente y socialmente responsable de este recurso esencial.
Ante la evidencia del cambio climático, el sector agrícola necesita encontrar nuevas fórmulas de ahorro de agua y energía que permitan mantener las producciones y reducir costes. El escenario se completa con los efectos de la globalización, que trae más competencia, con productos agrarios a menores precios, nuevas normativas alimentarias más exigentes con el uso del agua; y mercados europeos que cada día valoran más la sostenibilidad del producto. Los grupos operativos y proyectos innovadores cofinanciados mediante fondos FEADER y los proyectos desarrollados por el programa de investigación europeo Horizonte 2020 trabajan en cuatro grandes áreas de innovación: el uso de tecnología para una agricultura de precisión, la optimización de los recursos hídricos, la mejora energética en el riego y en nuevos modelos de gestión del agua a gran escala.
El uso de la teledetección ha permitido a la Comunitat de Regants de Raimat reducir el consumo de agua y aumentar el rendimiento y la calidad de la producción.
El empleo de drones permite una visión en detalle de toda la extensión cultivada, para poder individualizar las soluciones.