El 17 de noviembre de 2016 se presentó en Alzira (Valencia) el I Plan Valenciano de Producción Ecológica 2016-2020 (I PVPE), tras más de un año de trabajo conjunto entre el sector y la Administración. Un Plan fundamentado en el compromiso de fomentar políticas de desarrollo rural sostenible y de impulso hacia la transición agroecológica de la agricultura valenciana, que, ya casi a punto de concluir, podemos considerar que supone un caso de éxito de políticas públicas al servicio de un sector fundamental en la sostenibilidad de un territorio.
Si analizamos a fondo qué significa una transición agroecológica, podemos apuntar que las soluciones a las crisis ambientales y sociales no pueden venir de los mismos parámetros y herramientas que las han creado. Por el contrario, tienen que basarse en la innovación al servicio del crecimiento sostenible, con la bioeconomía, como gestión eficiente de los recursos biológicos, la agroecología, que recupera la dimensión social y la autonomía de los productores y la economía circular, que optimiza los flujos de materias primas y residuos y apuesta clara y primordialmente por la economía local.
En ese sentido el I PVPE busca fomentar el tráfico hacia sistemas de producción más sostenibles y más ecológicos.
El Plan nació con un presupuesto de 78 millones de euros y en él se recogen cinco líneas estratégicas de actuación:
Haciendo balance tres años después, podemos considerar que es un éxito, tanto para el propio sector ecológico, como para el resto del sector agrario, que ha descubierto el potencial económico, comercial y social de este modelo productivo, así como para la sociedad valenciana en su conjunto, que vuelve a sentir que el motor agrario, esta vez desde la perspectiva agroecológica, se visualiza como impulsor de riqueza, sostenibilidad y bienestar.