Verano de 2016. Oculto en su hide, el fotógrafo y naturalista Francisco Contreras Parody aguardaba la llegada de los zorros que estaba filmando aquellos días cuando un extraño silbido llamo su atención. Era el particular aleteo de tres sisones que, sobrevolando su escondite en la rastrojera, terminaron posándose fuera del alcance de su cámara. “El año que viene les dedicaré alguna jornada”, pensó. Seis años más tarde, tras muchas más jornadas de trabajo, y gracias al apoyo y la edición del Ministerio de Agricultura, podemos disfrutar de esta obra sobre las aves esteparias que nidifican y se alimentan en los herbazales y campos cerealistas de la Iberia interior.
“Estar ya estaban”, explica en el prefacio el ecólogo Miguel Yanes, “pero la acción humana los favoreció, al expandir los medios abiertos”. Sobre ese paisaje antropizado de pastizales y campos de cultivo, cada especie de este diverso grupo –desde la leve alondra a la avutarda, del alcaraván al cernícalo primilla-- encontraba su “cama” y su “pan”, ya fuera este insectos, semillas o pequeños roedores. Sin embargo, los nuevos tiempos y usos agrarios –con la intensificación de los cultivos herbáceos, el abandono y lignificación de muchos pastizales, o la sustitución del cereal por frutos secos u olivar sobre un suelo casi desnudo— cambiaron su suerte, y explican la actual regresión general de casi todas sus poblaciones. Siete de estas especies están catalogadas como especies amenazadas.
Es preciso paliar “el declive […] de aves esteparias y otras representativas de medios agrarios, indicadores de salud de los ecosistemas”, tal como expresa el Plan Estratégico de la PAC; posibilitar agropaisajes vivos en los que cohabiten estas guardianas del páramo y el aprovechamiento rentable de la tierra. Libros como este, portador de imágenes bellísimas y un hondo saber sobre sus ciclos y etología, son una inmejorable invitación a conseguirlo.
Fotografías y autor de la obra: Francisco Contreras Parody. Edita: MAPA / Texto: Javier del Peral