El pasado 21 de marzo se celebró el Día Internacional de los Bosques, en el que la plataforma Juntos por los Bosques organizó un acto principal en Galicia que presidió el Rey Felipe VI, que estuvo acompañado, entre otras autoridades, por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. El acto tuvo lugar en el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Sergude en Boqueixón. Don Felipe realizó un recorrido por los bosques de la zona, mantuvo un breve encuentro con los integrantes de las asociaciones del sector forestal y organizadores del evento y asistió a una demostración de trabajos silvícolas, como la poda en altura y el rareo. También conversó con los trabajadores y alumnos de la escuela, con los que plantó un árbol.
La plataforma Juntos por los Bosques, que aglutina a 30 asociaciones representativas del sector agroforestal español, entre ellas PEFC España aprovechó la visita del monarca para obsequiarle con una cesta de productos sostenibles y de origen forestal, entre los que se incluyó jamón y lomo ibérico, sal, aceite y mermelada trufadas y unas agujas de tejer realizadas en madera de castaño, productos todos procedentes de bosques gestionados de forma sostenible y que cuentan con la certificación PEFC. El acto finalizó con la intervención de Juan Picos, director de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidad de Vigo, quien señaló que “la enseñanza debería estar ya tratando temas como el cambio climático, la gobernanza forestal, los bosques como nuevas fuentes de energía, el desarrollo rural y la mitigación del despoblamiento”.
Según un informe presentado en Bruselas el 1 de abril y realizado conjuntamente por la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP) en 2018 unos 113 millones de personas en 53 países experimentaron crisis alimentarias agudas o hambre extremo, con riesgo inminente de muerte. Esta cifra indica un ligero descenso respecto al año anterior en que fue de 124 millones, pero se mantiene por encima de los 100 millones, como en los últimos tres años. Además, el número de países afectados ha aumentado. Otros 143 millones de personas de 42 países están solamente a un paso de tener que enfrentarse a esta situación. Casi dos tercios del total de personas afectadas por este problema se encuentran en sólo ocho países: Afganistán, Etiopía, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen. La inestabilidad persistente en las regiones en conflicto y los eventos climáticos adversos son las causas principales del aumento en el número de personas que no pueden satisfacer sus necesidades alimentarias diarias sin asistencia humanitaria.
El contenedor amarillo de residuos, el destinado a los envases de plástico, latas y bricks recogió un 12,3% más durante el año pasado, un incremento muy destacable, ya que iguala el alcanzado durante los tres años anteriores, según Ecoembes organización sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España. Incluyendo los envases de papel y cartón, en total, se recogieron y reciclaron 1.453.123 toneladas de residuos, evitando la emisión de 1,6 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Por tipos de residuo, los envases de plástico alcanzaron una tasa de reciclado del 75,8%, los envases metálicos llegaron al 85,4% y los del contenedor azul, papel y cartón, al 80,0%.
Aunque el informe no lo cuantifica, buena parte de la mejora procede del mundo rural, donde en los últimos años se ha llevado a cabo un esfuerzo especial para instalar contenedores y facilitar la recogida selectiva de residuos. Para ello, Ecoembes mantiene una colaboración activa con 8.131 ayuntamientos. Durante 2018 se instalaron en total 10.000 nuevos contenedores en 7.400 puntos geográficos.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, presentó en el Consejo de Ministros del 29 de marzo la Estrategia de Digitalización del medio rural cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida y laborales necesarias para estabilizar la población. Según afirmó el ministro, se trata de “una apuesta clave” para ofrecer igualdad de oportunidades en términos de servicios, empleo y posibilidades de desarrollo de los territorios rurales. Una idea que reforzó días después durante la jornada Digitalización del sector agroalimentario y forestal y del medio rural, al afirmar que “el triángulo fundamental para impulsar la revitalización del mundo rural es el formado por jóvenes y mujeres, digitalización e innovación y regadío eficiente y sostenible”. La estrategia define las líneas y las medidas necesarias para impulsar la transformación digital y se plantea tres objetivos concretos: reducir la brecha digital, tanto la rural-urbana como la que hay entre pequeñas y grandes empresas; fomentar el uso de datos, de creciente relevancia en todo tipo de actividades agrarias; e impulsar el desarrollo empresarial y de nuevos modelos de negocio. Para el ministro, la digitalización es ya una realidad creciente en el sector a través de la agricultura de precisión, la robótica o el uso de satélites y drones, con lo que se consiguen mejores rendimientos y una utilización más eficiente de los recursos naturales.
Las medidas previstas se instrumentarán a través de Planes de Acción bienales, en los que se fijarán los compromisos y metas específicas, en función de los presupuestos y de los instrumentos de los programas de la Unión Europea disponibles. Serán ejecutadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en colaboración con otros organismos y las administraciones autonómicas y locales.
Los alimentos que producimos, adquirimos y consumimos tienen un impacto ambiental que se puede medir mediante la denominada huella de carbono. Un estudio piloto, realizado con alimentos de elevado consumo, como el aceite de oliva y el pan rallado, sugiere que en el futuro se debería incluir esta información en las etiquetas para promover un consumo más responsable y reducir su impacto en el cambio climático. El informe, denominado Cálculo y etiquetado de huella de carbono en productos alimentarios fue presentado el 20 de marzo por su autor, el profesor Emilio Chuvieco, director de la Cátedra de Ética Ambiental Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno en la Universidad de Alcalá de Henares.
La huella de carbono es un indicador ambiental que permite cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero generados en la fabricación de un producto, la prestación de un servicio o incluso el conjunto de actividades de una organización y su impacto sobre el cambio climático. El estudio ha permitido averiguar que los consumidores participantes en el proyecto, pertenecientes a distintos estratos socioeconómicos, asumían, erróneamente, que el consumo de alimentos no tenía emisiones asociadas y que solo contamina la industria.
Los humedales son los ecosistemas más productivos del planeta y también los más amenazados, como recordó la Fundación Global Nature (FGN) el pasado 2 de febrero con motivo del Día Mundial de los Humedales. Para mejorar su protección, firmó un acuerdo con la Fundación Enrique Montoliu (FUNDEM) para la adquisición de terrenos de alto interés ecológico con el objetivo de su conservación integral, entre otras líneas de acción. El primer resultado de esta alianza ha sido la protección de un espacio de alto valor ecológico como Laguna Redondilla, en Villacañas, Toledo. FUDEM ha adquirido 3,5 hectáreas y FGN será responsable de ejecutar labores de vigilancia, conservación y restauración de este espacio.
Global Nature es una fundación privada sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de hábitats y especies y sostenibilidad del sector agroalimentario. Trabajan especialmente en humedales, y su labor ha sido reconocida en 2018 con el Premio Internacional que otorga la Convención de RAMSAR concedido por primera vez a una ONG española. Realizan su labor mediante alianzas con colectivos locales (propietarios, agricultores y ganaderos, etc.) y administraciones, con el fin de generar oportunidades de desarrollo socioeconómico en el medio rural.
Las denominaciones de origen aportan sostenibilidad económica y social a las zonas rurales que cuentan con esta indicación de calidad, según se puso de manifiesto durante la celebración de la jornada El papel socioeconómico, cultural y medioambiental de las DD.OO. en las zonas rurales que organizó el 25 de abril la Red Rural Nacional en la Estación de Viticultura y Enología de Navarra (EVENA), en Olite. La jornada estaba destinada a todo tipo de agentes del medio rural, como representantes de instituciones, asociaciones, técnicos y grupos de acción local, para difundir buenas prácticas. Entre las conclusiones aportadas por los expertos durante la jornada destacan el que las DD.OO. frenan el despoblamiento y asientan la población en el medio rural, contribuyen a la conservación del medio ambiente y dinamizan la actividad económica generando riqueza. Participaron en la jornada Ignacio Gil Jordán, director general de Desarrollo Rural, Agricultura y Ganadería de la Consejería de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno de Navarra y Carolina Gutiérrez Ansótegui, subdirectora general de Dinamización del Medio Rural del MAPA.
La encina es el árbol más abundante de la península ibérica e históricamente ha supuesto uno de los principales recursos ganaderos por su presencia en las dehesas, un ecosistema clave en el este y sur de España. Hasta ahora se carecía de estudios a nivel molecular de este árbol, pero ahora un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba liderado por el catedrático Jesús V. Jorrín Novo ha secuenciado el transcriptoma de esta especie forestal emblemática.
El conocimiento del transcriptoma, conjunto de genes que están en funcionamiento y que permiten el desarrollo del árbol, supone un importante punto de partida para entender sus respuestas a situaciones de estrés y otros aspectos de su biología como, por ejemplo, la forma en que afecta a nivel molecular la enfermedad de La Seca, un problema que está causando una elevada mortandad y que ya ha sido bautizada como el “cáncer de la dehesa”.
Según los autores del estudio, se podrá averiguar por qué algunos ejemplares tienen un comportamiento mejor que otros desde el punto de vista de la supervivencia y qué mecanismos moleculares están implicados en distintas situaciones como la germinación, la resistencia a la sequía o la calidad de las bellotas, algo que podría ser tenido en cuenta a la hora de desarrollar futuros planes de reforestación.
Nuestro país goza de una buena reputación internacional, sustentada en los atractivos turísticos, la excelencia deportiva y, especialmente, la excelente calidad de nuestros alimentos. Para mantener e incrementar ese prestigio, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación puso en marcha a principios de mayo una nueva campaña de promoción institucional a través de diferentes soportes publicitarios, incluyendo televisión, radio, medios escritos, salas de cine, internet y aeropuertos. En el vídeo promocional se mezclan imágenes de paisajes escogidos de nuestra geografía con actividades propias del mundo rural, incluidas las personas que en él viven, y con platos que muestran parte de la riqueza gastronómica del país, todo ello salpicado de mensajes sobreimpresos que simulan la actividad en redes sociales de personas que alaban los valores de los alimentos españoles y comparten los hashtags #Explora, #Saborea, #Disfruta y #Comparte los #AlimentosdeEspaña, que son el instrumento para difundir el mensaje. La intención es visibilizar no solo los productos sino también el trabajo de las personas que hacen posible la generación de esos alimentos, que son, en definitiva, los responsables de la excelente calidad que tienen y que es reconocida en todo el mundo. En conjunto, muestran la variedad de productos y sabores que genera la diversidad geográfica del país y otros valores, como la dieta mediterránea. La campaña tiene una versión en español y otra en inglés para facilitar su difusión internacional.
