El ámbito rural es una parte consustancial para sectores como el agroalimentario o el turístico, auténticos motores de nuestra economía. Esta relevancia convierte al desarrollo de este medio amenazado en una de las prioridades de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) y de sus organizaciones miembros, que hemos puesto nuestro foco de atención en el despoblamiento de regiones y pueblos, que es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el mundo rural y, en consecuencia, nuestro país.
El medio rural representa una parte muy considerable del territorio español, nada menos que el 85%, que aglutina al 20% de la población. Además, constituye un sector estratégico de nuestra economía, ya que es el origen de los recursos naturales; en particular, fuente de alimentos que se consumen a nivel nacional, y de buena parte del patrimonio artístico y cultural de nuestro país.
La despoblación no es, sin embargo, un problema aislado para el medio rural. Estrechamente conectados e interrelacionados con este fenómeno de la pérdida de población, no podemos olvidar, como oportunamente señalaba en un reciente informe el Consejo Económico y Social (CES) –en el que CEPYME está representada como interlocutor social–, problemas como la escasez de dotaciones sociales, educativas y sanitarias; la falta de equipamientos básicos; el déficit de infraestructuras de transporte y de comunicaciones; los problemas ambientales y de conservación del patrimonio; y un largo etcétera, que condicionan el desarrollo del ámbito rural y ponen en riesgo la continuidad de actividades económicas estratégicas ligadas al mismo.
La emigración mayoritaria de los jóvenes hacia núcleos de población urbanos está relacionada con las menores oportunidades educativas y laborales en el ámbito rural, con unas peores dotaciones de infraestructuras, sanitarias, sociales y, en definitiva, con unas menores expectativas de desarrollo personal y profesional.