ALuis Planas le ha tocado la responsabilidad de ser el ministro que negocie la última reforma de la Política Agraria Común (PAC). De ella depende el futuro de numerosas explotaciones agrícolas y ganaderas de nuestro país; es fundamental para mantener la economía y la población rural y además, en esta ocasión, viene acompañada de fondos especiales de recuperación, transformación y resiliencia tras la pandemia. Ahora debe conseguir un acuerdo entre todos los actores nacionales que permita conjugar los numerosos intereses y necesidades de un sector que avanza hacia la sostenibilidad, pero que tiene enormes retos ambientales, sociales y económicos que superar.
La PAC 2023-2027 está más orientada a optimizar el rendimiento de las explotaciones y a la obtención de resultados concretos. Además, ofrece a cada Estado miembro la posibilidad de establecer los criterios que se van a seguir para el reparto de las ayudas, siempre de cara a conseguir los objetivos generales de mejorar la sostenibilidad económica, medioambiental y social del sector agrario y el medio rural. Para ello, cada Estado miembro debe realizar un Plan Estratégico Nacional de la PAC, que incluya todas las medidas políticas que se implementarán para hacer frente a las necesidades del campo. Con este nuevo enfoque se espera simplificar y mejorar la eficacia de esta política comunitaria.
La dificultad de esta reforma es ampliamente reconocida por todas las partes, porque el sector agrario se enfrenta a numerosos retos y dificultades que solo podrá superar con un equilibrio entre los tres aspectos de la sostenibilidad: económico, medioambiental y social.
El Plan Estratégico Nacional cuenta con las aportaciones de las comunidades autónomas, organizaciones profesionales agrarias, cooperativas agroalimentarias, organizaciones ambientalistas y otras entidades involucradas en el sector agroalimentario. Entre todos queremos dar un apoyo al sector para que mejore su competitividad de una manera más sostenible, ya que la sociedad necesita la continuidad de la actividad agraria.
Estamos ante una nueva PAC más sostenible, más justa y más social. Pensada para la gran clase media de la agricultura y la ganadería, para quienes más necesitan de las ayudas. La futura PAC también responde a las nuevas demandas de la ciudadanía.
El PRTR supone una gran oportunidad de crecimiento para España. Proporcionará hasta 140.000 millones de euros en créditos y subvenciones en el periodo 2021-2026.
Los ministros de Economía y Hacienda de la UE (ECOFIN) aprobaron el Plan de España y dieron luz verde a los primeros 69.500 millones de euros en transferencias directas en los próximos tres años. Este plan va a propiciar una transformación de la economía y la sociedad española, impulsando inversiones y reformas de carácter estratégico que van a favorecer aspectos tan decisivos como la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión social y territorial y la igualdad de género.
La práctica totalidad de las políticas palanca y un buen número de componentes del Plan tendrán una incidencia importante sobre el sector agroalimentario y la sociedad rural. El PRTR para el sector agroalimentario y pesquero, en su componente 3 del ámbito del MAPA, está dotado con 1.051 millones de euros y afianzará su posición estratégica en el conjunto de la economía. Sumando la aportación privada, se movilizarán unos 1.500 millones.
Gracias a estas inversiones y a la nueva Política Agraria Común, el sector agroalimentario y pesquero va a estar en el centro de la recuperación, al igual que estuvo en primera línea durante la pandemia al garantizar a los ciudadanos el suministro de alimentos sanos y en cantidad suficiente.
Las mujeres rurales y los jóvenes son uno de los tres ejes prioritarios del Ministerio a favor del territorio, junto con el apoyo a la innovación, la digitalización y la conectividad del medio rural y el regadío sostenible. La incorporación y permanencia de los jóvenes y las mujeres es clave, pues son la base del mantenimiento y desarrollo de las áreas rurales. Los pueblos tendrán un futuro prometedor si las mujeres encuentran en ellos trabajo y condiciones de vida atractivas.
Queremos avanzar hacia la igualdad de oportunidades y contribuir a reducir la brecha de género detectada en el medio rural, en general, y en el sector agrario, en particular. A petición de España, se ha logrado incorporar la perspectiva de género entre los objetivos estratégicos de la nueva PAC. Para atender las necesidades de las mujeres rurales, hemos elaborado la “Estrategia para la Igualdad de las Mujeres Rurales”, que plantea actuaciones de apoyo a través de las intervenciones del Plan Estratégico de la PAC y de otras actuaciones de ámbito más general.
Con la reforma de la PAC estamos realizando un ejercicio estratégico con el que atender las necesidades del sector agrario en su conjunto. Hemos detectado la necesidad de apoyar especialmente a las pequeñas y medianas explotaciones, que no se benefician de economías de escala, son más dependientes de las ayudas de la PAC y aportan numerosos beneficios a la sociedad.
Esta PAC está orientada a agricultores y ganaderos, a la agricultura familiar y profesional, pero no se trata de un fondo de distribución territorial. Con generosidad y altura de miras, todos debemos ser capaces de diseñar la mejor política agraria del próximo decenio, que atienda los retos medioambientales, pero que también cumpla con su cometido: apoyar la rentabilidad de las explotaciones.
Los cambios que haya que acometer se realizarán paulatinamente y acompañaremos a agricultores y ganaderos en esa transición para que nadie se quede atrás.