La bioeconomía es la actividad económica a partir de la gestión sostenible de los recursos biológicos renovables. Todo el sector primario, especialmente la agricultura, la ganadería y la actividad forestal, puede ser replanteado, en mayor o menor medida, desde una perspectiva bioeconómica. En la era de la producción agroforestal masiva se genera también una enorme cantidad de residuos y subproductos que se desaprovechan y cuya gestión supone un importante gasto para los productores. Ahora pueden ser fuente de nuevos recursos.
La innovación es imprescindible para aprovechar los residuos de las actividades agroforestales y cerrar el ciclo. Esto implica procesos productivos más respetuosos con el medio ambiente y reducir la dependencia de los recursos no renovables, lo que contribuye a frenar el cambio climático y supone una nueva oportunidad de dinamización rural mediante procesos productivos que no se pueden deslocalizar.
La principal característica de la bioeconomía es su capacidad para inducir valor en el ámbito económico, ambiental y social, a partir del aprovechamiento de residuos y subproductos, como demuestran los tres ejemplos que ahora presentamos.
El cultivo del aguacate genera unas 2500 toneladas de desechos aprovechables para hacer cosméticos o nutracéiticos como los que alimentan a estas ovejas. (Foto: Aguacavalue)